CALCO DIGITAL
En la última década hemos vivido una revolución en las formas de aproximarnos al registro gráfico prehistórico. Para la correcta documentación del arte rupestre la fotografía ha ido adquiriendo mayor protagonismo, y especialmente el tratamiento de la imagen digital permite posibilidades de observación hasta ahora impensables.
La arqueología es una disciplina muy dependiente de la imagen, en un sentido amplio, como medio de fijar y comunicar el conocimiento. Pero, también en muchos casos, este conocimiento procede en gran parte de la observación visual de características de objetos o conjuntos de objetos.
La realización de calcos digitales permite, por un lado, la observación, el estudio y el análisis con mayor exactitud que la observación directa. Y por otro lado, y este es probablemente uno de los aspectos más relevantes, evitando todo contacto con la pared rocosa y minimizando, por tanto, los riesgos de deterioro de las pinturas.
Sea cual sea la orientación desde la que se aborde, el objeto empírico de estudio en el arte rupestre está constituido por imágenes. Desde un punto de vista físico, las técnicas pictóricas consisten en la manipulación intencional, por métodos físicoquímicos (aplicación de pigmentos), de la distribución espacial de las propiedades de reflexión de la luz visible de una superficie material, para inducir la creación de ciertas imágenes, los motivos pictóricos.
El modelo de trabajo en la Cueva Pintada
Uno de los ejemplos es el trabajo que se ha realizado, en la Cueva Pintada La iniciativa se conforma como una contribución al desarrollo de los procesos de documentación desde la innovación y la investigación que desarrolla este centro museístico, y ha puesto al descubierto nuevos grafismos, de esta cavidad polícroma de la cultura canario-amazigh.
El desarrollo del proyecto ha requerido así mismo del establecimiento de un protocolo de actuación de cara a garantizar que la ejecución de los trabajos no afectara, por un lado, a la conservación de la Cueva Pintada, y por otro y por otro no impidiera la contemplación de las pinturas por los visitantes que acudieran al museo.
Gracias a la reproducción digital 3D realizada a partir del levantamiento fotogramétrico de la cámara policromada, se han descubierto algunos grafismos que no se habían observado tan nítidamente hasta el momento. Destacan algunos círculos concéntricos blancos situados en la parte superior derecha del friso, círculos concéntricos rojos en el techo y, también, concentraciones de pigmentos que, en algunos casos, sugieren la presencia de grandes triángulos y que indican que los motivos geométricos se extendían también a estas zonas de la cavidad. Esto es relevante ya que permite ver motivos situados en el techo, con la dificultad que supone, ya que esta zona debido al deterioro sufrido desde su descubrimiento, ha perdido una gran parte del sustrato rocoso y de la pintura que pudo tener en el momento de su uso.
El proceso es complejo, se parte de las texturas fotográficas de alta resolución que obtenemos a partir del modelo 3D y de lo que trata es de diferenciar las áreas pigmentadas del fondo, utilizando exclusivamente técnicas digitales. Se han creado capas con un programa específico de tratamiento fotográfico en el que se van aislando los colores y los motivos siguiendo el orden estratigráfico con el que fueron dispuestas para cada una de las áreas de la cámara decorada. Finalmente se les da un color acorde al que tenían en origen y con toda esta información gráfica se “recompone” ese friso continuo que constituye la decoración de la Cueva Pintada.
El calco tradicional es al final una imagen plana, una fotografía. Ahora obtenemos fotografías, pero las derivamos del modelo 3D con el que trabajamos. Esta metodología de trabajo es previsible que se generalice en el futuro en cuevas con arte rupestre, pero por el momento la Cueva Pintada es uno de los primeros lugares en donde se ha incorporado como método de estudio.