El primer Poblamiento del Archipiélago canario sigue, a día de hoy, siendo una incógnita. Aunque muchos aspectos pueden ser ya aclarados, los interrogantes son abundantes. Se desconoce el momento preciso de la primera colonización, si bien los historiadores e historiadoras coinciden al situarla en torno a la mitad del primer milenio a.C. procedente del norte del continente africano.

El cómo se llegó a las Islas también constituye un interrogante aún no resuelto, ya que la población canaria desconocía el arte de la navegación en el momento que se produjo la conquista de la isla. Quizás pudieron llegar por propia voluntad, utilizando medios rudimentarios de navegación, o traídos por otros pueblos conocedores del arte de la navegación.

No se sabe con certeza si llegaron de una sola vez, aunque parece mucho más probable la existencia de varias oleadas, que arribarían a distintas islas, en distintos momentos. En cualquier caso, estos grupos humanos se amoldaron al entorno insular hasta configurar una formación social con identidad propia y diferenciada de la de su lugar de origen.

En la actualidad, en Gran Canaria se localiza una enorme cantidad de yacimientos arqueológicos, y que ocupan desde la zona de costa hasta las cumbres en el interior de la isla.

Aún queda mucho por conocer sobre la vida de de este poblado en la etapa prehispánica, pero, en cualquier caso, los vestigios recuperados permiten apuntar algunas características de esta sociedad.

 

El hábitat

La antigua sociedad canaria tenía una densidad de población significativa y un incipiente desarrollo protourbano.

Por el territorio insular se localizan grandes poblados de casas, de cuevas o de ambas que denotan unas técnicas constructivas depuradas, con paredes de piedra ajustadas, habitaciones laterales y en muchos pinturas interiores.

Es destacable también la construcción de cuevas artificiales que muchas veces se organizaban en grandes complejos con funcionalidades diversas y que  estaban dotados con graneros y espacios colectivos o ceremoniales.

Actividades económicas

La ganadería y la agricultura constituyeron las bases de una economía que también recurría a las actividades de depredación (pesca, recolección, marisqueo, caza) para asegurar la subsistencia y la provisión de materias primas necesarias para la elaboración de todo tipo de útiles.

Organización socio-política

La canaria era una sociedad estructurada en torno a una serie de grupos sociales: guanartemes, fayzagues, nobles, gentes del común y villanos. Semejante particularidad llevó consigo una organización política compleja y jerárquica, en la que los guanartemes ocupaban la posición relevante, seguidos de los fayzagues y los nobles guerreros.

Cerámicas

En Gran Canaria las cerámicas se caracterizan por estar modeladas a mano, poseen formas variadas, y sus acabados son extremadamente finos, gracias al intenso bruñido y la decoración pintada. También existen recipientes menos elaborados destinados a la preparación de los alimentos.

La industria textil y coriácea

Las condiciones medioambientales existentes en la isla han hecho posible la conservación de una extraordinaria muestra de tejidos realizados con fibras vegetales (juncos y aneas), así como de pieles, usadas como vestimenta, así como también ligadas a los contextos funerarios, ya que las momias eran envueltas en complejos sudarios realizados con pieles y esteras de junco.

Madera

La madera también fue trabajada de forma recurrente, no sólo para obtener elementos imprescindibles en la construcción de las casas (vigas o puertas), o en los ritos funerarios (sarcófago recuperado en la necrópolis del Maipes de Agaete), sino también para fabricar utensilios imprescindibles en la vida cotidiana (recipientes, palos cavadores).

Ritos funerarios

Los depósitos funerarios de la isla de Gran Canaria son muy variados. Destaca entre todos ellos, los que poseen individuos momificados.

El tratamiento de los cuerpos no implicaba el eviscerado, aunque sí un proceso que permitía la conservación de los tejidos corporales.

Los sudarios eran extremadamente complejos, encontrándose aquellos que poseen esteras vegetales y capas de cuero, o los que sólo poseen este último envoltorio.

Los depósitos funerarios se realizaban tanto en el interior de las cuevas como en el interior de estructuras, más o menos complejas, especialmente construidas para este fin. Entre estas últimas destacan los túmulos de la Guancha (Gáldar).

Las manifestaciones rupestres

Las manifestaciones rupestres de la isla de Gran Canaria son de dos tipos, ya que se encuentran tanto las representaciones pintadas en el interior de las cuevas artificiales como abundantes estaciones de grabados rupestres.

Por lo que se refiere a las primeras, muchas de las cuevas artificiales de la isla poseen frisos y motivos pintados en su interior, auténticas pinturas murales, generalmente realizados con almagre o caliches quemados. Sin duda, el ejemplo paradigmático por su excepcionalidad es el de la Cueva Pintada (Gáldar).

Por lo que se refiere a los grabados, las estaciones son abundantes en la isla y los motivos más recurrentes son los alfabéticos (líbico-bereber), antropomorfos, zoomorfos o reticulares.

La religión

Desde un punto de vista arqueológico, las trazas de los aspectos referidos a las ritos son difíciles de aprehender. Destacan las mencionadas figurillas de terracota, los ídolos, así como los conocidos tradicionalmente como "almogarenes", espacios de difícil interpretación y en el que se supone se llevaban a cabo prácticas rituales de derramamiento de leche. Los santuarios mencionados en las crónicas han sido localizados en los lugares especialmente destacables topográficamente, aunque las evidencias de una actividad de este género sigue siendo difícil de atestiguar.

Otros elementos singulares y también de utilidad discutida son las alineaciones de "torretas", construidas con lajas, que se localizan en la mitad sur de Gran Canaria.