PROYECTO ARQUITECTÓNICO

El proyecto arquitectónico del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada consta de tres unidades claramente individualizadas.

La primera es el edificio del museo donde se ubican la zona de acogida de visitantes (incluye los servicios de tienda y cafetería), las salas de exposición y multimedia, los laboratorios y los almacenes destinados a custodiar los materiales arqueológicos.

La segunda lo constituye la cubierta del yacimiento de más de 5.700 m2, imprescindible para solventar los problemas de conservación de las estructuras descubiertas.

Las características de un lugar tan singular y la gran extensión que ocupa obligaron a Javier Feduchi Benlliure, arquitecto del proyecto, a elegir un sistema de cubierta específico que ha debido plegarse a una serie de condicionantes muy estrictos para poder trabajar sobre el yacimiento y la propia Cueva.

Por un lado, debía ser una cubierta ligera, sustentada por los apoyos mínimos imprescindibles y que no necesitara grandes sistemas de cimentación.

Por otro, y puesto que las excavaciones seguían avanzando, el tipo de cubierta debía ser lo suficientemente flexible como para poder adaptarla a los nuevos descubrimientos que se iban produciendo.

Tras barajar varios sistemas, finalmente se optó por una cubierta de tipo espacial, que descansa sobre una serie de pilares estratégicamente colocados y que permiten alcanzar grandes distancias entre ambos.

La superficie total de la cubierta es de 5.700 m2; para su colocación fue necesario contar con una grúa de considerables dimensiones que se instaló dentro del propio yacimiento.

Una compleja pasarela perimetral que recorre el poblado permitirá la contemplación de éste, aproximando al visitante a las estructuras. Este sistema ha sido diseñado para proteger los vestigios, ya que la circulación por el yacimiento afectaría a su conservación. Pueden acceder a la Visita virtual

El tercer elemento viene dado por el cierre actual de la Cueva Pintada, que, sin afectar a la contemplación de las pinturas, garantiza su conservación. Para ello se ha diseñado un cierre de cristal que en la zona central forma una "burbuja" que avanza varios metros en el interior de la Cueva. De esta forma se consigue crear dos ambientes independientes, de manera que la entrada de los visitantes no afectará al microclima que se ha establecido como idóneo para la conservación de la cámara decorada.

El proyecto se completa con dos edificios anexos. Uno de ellos destinado al aula didáctica y al laboratorio de aprendizaje de la Historia, donde se desarrollan los programas educativos. El otro edificio se dedica al laboratorio de arqueología donde se llevan a cabo los trabajos de clasificación del material recuperado en las campañas de excavación.